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La diputada denuncia que la corporación legislativa ha abandonado sus funciones de control político y representación de intereses personales, no ciudadanos.
San Andrés Islas, marzo de 2025
En una contundente intervención, la diputada Marcela Sjogreen denunció públicamente lo que considera una grave desviación de funciones por parte de la Asamblea Departamental de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. A través de un video difundido por redes sociales, Sjogreen expresó su preocupación por la falta de coherencia y liderazgo en la corporación.
“La Asamblea Departamental ha dejado de ser un espacio de discusión seria y se ha convertido en un lugar de favores personales y politiquería”, afirmó la diputada. Señaló que la mayoría de los diputados no están ejerciendo un control político riguroso y que los debates sobre temas cruciales para la isla han sido desplazados por intereses particulares.
Marcela Sjogreen también criticó la falta de transparencia en los procesos internos y cuestionó duramente la manera en que se están tomando decisiones que afectan a toda la comunidad del archipiélago. “Nosotros fuimos elegidos para representar a la ciudadanía, no para aplaudir al gobierno de turno ni para acomodarnos al poder”, recalcó.
La diputada hizo un llamado a la ciudadanía para que ejerza mayor control social sobre el trabajo de los diputados y exigió un cambio inmediato en la forma como opera la Asamblea. «No podemos seguir siendo cómplices del silencio y de la inacción. Nuestro pueblo merece dignidad, merece respeto, y merece una Asamblea que esté a su altura», sentenció.
Estas declaraciones han generado reacciones encontradas en la opinión pública, con sectores que apoyan su postura y otros que la acusan de protagonismo político. No obstante, su intervención ha reavivado el debate sobre la necesidad de una reforma profunda en la forma de hacer política en el archipiélago.
Cuando el voto amarra el silencio: las consecuencias de respaldar alianzas politiqueras
Las palabras de la diputada Marcela Sjogreen no solo retratan una Asamblea inactiva. Dejan al descubierto una verdad incómoda: la corrupción también se fortalece con los pactos políticos que se sellan en campaña.
Durante los procesos electorales, muchos gobernantes prometen trabajar con “las mayorías”, buscando respaldo en la Asamblea para garantizar la “gobernabilidad”. Pero lo que suele ocurrir tras bambalinas es que se pactan alianzas a cambio de cuotas burocráticas, favores o silencios convenientes .
Cuando esas alianzas no se basan en agendas de bienestar colectivo, sino en intereses particulares, el resultado es una Asamblea sumisa, incapaz de ejercer control político y completamente desconectada del pueblo que la elegida. Los diputados no cuestionan, no vigilan, no actúan… porque ya hicieron parte del negocio político .
Y el costo de ese silencio institucional lo paga el pueblo: en obras que no llegan, contratos mal ejecutados, presupuestos sin vigilancia y derechos fundamentales vulnerados.
Por eso es urgente que la ciudadanía entienda que votar por candidatos que hacen alianzas sin principios, es entregarle un cheque en blanco a la impunidad . Lo que está en juego no es solo un cargo: es el futuro de toda una comunidad.
